Nocturno

Tiene esta noche las manos cansadas,
balancearme no es fácil sin luz.

Todo ha quedado allá, la canela, el bordó
no sé si me quieran, o si esperen verme;

Todo allá, en el diario tirado sobre la cama 
en la cama tirada sobre ese cuarto
rodeado en un bosque altísimo
que cubre y cubre 
lo que solo yo sé:
la muerte de un ciego.

La mujer que me he inventado
sueña y despierta con una pequeña escalera
(cual guionista preocupado por su sed)

Hay un té, tinta, a las once de la noche
y afuera parece como si parvadas de palomas se acercaran
a la puerta que tengo a mi espalda.

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