El manguito rotador


La maga bordó
en el violáceo árbol castaño,
que se extiende
por todo mi lado derecho,
el granate cerúleo 
de mi presente;

solo el burdeos 
que escurre en el marrón de mi hombro
arrebata sútil
mi sanguíneo precipitado.

solo el roce del añil y sus hojas
intuye, 
como ajná y el mándala,
la sustancia de aquellos roces

¿Qué más queda
si el calipso resultante 
detiene la fractura a la clavícula;
si el bermellón fresco al centro de mi mano
conjura estas palabras y las mancha;
si aquí ya quedó, por siempre
el óxido de la planta de mi pie?

y esta cabeza, Mayra,
perseguida siempre
por el negro ébano 
que es este agujero tapado por cabello;

Dime tú
¿qué sería del pequeño
si no le cubro la desgracia un poco,
si no le otorgo el cobalto que he guindado
de tu cuello y de tus senos
y un poco del bordó
que tu voz me regaló?

Comentarios

  1. No sé qué tan eficaz me mantendré, pero debo decirte que me gusta mucho la disposición de las palabras. Me haces pensar en Renoir: como si el color dejara de ser concebido un mero atributo para convertirse en sustancia y estructura de las cosas.

    ¿Quién más?
    Mayra Gabriela

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  2. =)! que feliz me hiciste al leerlo

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pase ud. y mantegase eficaz

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